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lunes, 2 de noviembre de 2015

La paloma y el murcielago


Una blanca paloma volaba en lo alto a gran velocidad. El ave tenía prisa en llegar a su destino, aleteaba con fuerza e impulsaba todo su cuerpo hacia adelante ansiosa por aterrizar. De pronto perdió el control. Sintió que giraba como trompo. Su cabeza le dolía. Recuperó la calma y se dio cuenta de lo que estaba sucediendo. Había chocado con un enorme murcielago. El golpe fue fuerte y el ave se vio obligada a aterrizar en un árbol para recuperarse. El murcielago la siguió y se posó en el mismo árbol, junto a la paloma. - Y tú, animal feo, qué haces aquí? El murcielago la saludó afablemente. - Buenas tardes hermosa paloma! Lo siento mucho! No quise chocar contigo! Aun hay luz y mis ojos no distinguen muy bien. No te pude ver que venías volando. - Ya me di cuenta de eso! Retrasas mi vuelo infame! Debo llegar rápido con las demás aves que están en el bosque para darles un mensaje importante! Y tú te interpones en mi camino! Estoy muy molesta. Esto no debe suceder a un ser especial como yo. En verdad que el ave yacía fuera de sí. De no ser porque el murcielago estaba colgado en un punto difícil de acceder, la paloma lo hubiera golpeado. Se hacía tarde. La oscuridad estaba a punto de tomar el mando en el planeta. - Me imagino, decía el murcielago, que tu mensaje es muy importante. Si me lo permites podría ayudarte. Ya va a ser de noche y tu no podras volar. Yo si puedo volar en lo oscuro. Soy una luz en la oscuridad. Así me hizo Dios; horrible por fuera; hermoso por dentro. Tu no eres la única especial. Sólo dime como doy el mensaje y lo haré. - Veras murcielago, las aves están distribuidas en áreas del bosque en grupos de 72. Pero, llegando con el primer grupo es suficiente, aunque es necesario darle el mensaje a todos los grupos. Las aves somos muy comunicativas y, creo que si el primer grupo sabe algo se lo comunica a los demás. - Tranquila, paloma linda! Yo me encargo de tu mensaje. - No puedo estar calmada murcielago cuando una catástrofe se avecina sobre el planeta Tierra! La maldad en los humanos ha enfadado al Señor de los cielos! Y esta vez está de verdad enfadado! Dios ha decidido manifestarse una vez más como lo hizo antaño! Imaginate! Hum! Ya se cansó de las injusticias que los hombres practican sobre la Tierra! Y, por culpa de estos primates sin pelos, todas las demás especies nos encontramos en gran peligro! Por lo tanto, el ángel del Padre celestial me dijo que debía advertir a las demás especies! Que paguen los desobedientes su desobediencia! Nosotros y las otras razas nada tenemos que ver con los pecados humanos! Ellos se asesinan; violan; explotan; roban..., entre ellos mismos. Asi que Dios, a determinado castigar la prole humana una vez más para hacerles recordar que es él y solamente él quién decide como se hacen las cosas. Pero Dios no quiere que los inocentes paguen por los delitos de los insolentes. - Ya veo. Es más importante de lo que yo esperaba. Creo que nuestro choque no a sido casualidad. Nuestro Padre lo tenía arquitectado para asegurar que el mensaje se difunda por todos los rincones de la Tierra. Mi especie es fundamental paloma. Los murcielagos podemos hacer llegar el mensaje en lugares y en especies a las que tú no puedes acceder. Tu misión está cumplida paloma. Ahora me encargo yo. - No, mi meta aun no termina murcielago. Recuerda el relato bíblico de Noé. Las cosas toman el rumbo de una espiral. El punto de Unión entre una espiral y otra, siempre será el mismo con algunas modificaciones muy leves. Yo estuve presente en el Diluvio, yo estaré presente en lo que viene...! Apurate murcielago, y entrega el mensaje como te digo. Cuando llegues a la entrada del bosque, veras una línea de árboles secos. Cuenta los diez árboles más altos y te posas en el número once. Allí entregaras el mensaje a las 72 aves del grupo. Cuando el murcielago alzó su vuelo, una luz extraña pintó las nubes del cielo. El murcielago contó los diez primeros árboles que le dijo la paloma, y en el árbol once se detuvo para dar el mensaje. En aquel instante, todas las aves del mundo entonaron sus canticos. No hubo silencio en la Tierra. Todo animal terrestre comenzó a difundir el mensaje. Y se produjo un terremoto brutal! La Tierra se tragaba a la Tierra; el mar se salía de sus niveles; los cielos tiraban rayos y la Tierra se llenó de fuego y tragedia! Toda la materia que a nuestros ojos es bonita y placentera quedó convertida en nada...!

Jr. George

jueves, 29 de octubre de 2015





                 El perro y el mono


Un hermoso perro ovejero estaba paseando por los alrededores de la propiedad de su amo. Ese día se sentía el animal más  dichoso y especial del planeta. Su amo lo había liberado de sus cadenas por un rato. El perro estaba gordo y su pelo brillaba. Corría de un punto a otro alegre. En esto estaba cuando vio a un mono sentado sobre la rama de un manzano. El mono tenía una cara de tristeza y melancolía tan marcada que despertaba la mas enorme de las lastimas. El primate tenía tres días  sin comer! Había viajado mucho durante días sin encontrar algun alimento. Al sentirse agotado, y derrotado por su amargo hado, una honda depresion invadió su corazón. Cuando el bello perro lo observó, se acercó al árbol en el cual yacía el mono y comenzó a platicar con el primate. - Hola amigo mono! Cómo estás? Qué me cuentas de tu vida? El can movía su cola felizmente. - Bueno, qué te puedo decir perro? He recorrido todo mi pais de punta a punta sin encontrar que comer! Ya no tengo fuerzas para seguir buscando. Siento que hoy es el gran día de mi triste muerte! Ay de mí, amigo  perro! La mala suerte me persigue a donde quiera que voy! Mi hambruna es tan grande que veo la negra muerte y su guadaña al pie de éste árbol! - Ay mono, repuso el perro con pesar, tu sufres porque quieres. Ven a vivir a mi casa! Seras muy feliz. A mi no me hace falta nada! Aceptas mi invitación? - Espera un segundo. Antes de cualquier cosa cuentame un poco mas de tu vida. Cómo es que vives muy bien? Cómo le haces para tener esa imagen tan impecable y hermosa? Mira mi aspecto! Doy tanta lástima que me ofreces tu casa. Por lo que veo te cuidas muy bien perro. El perro veía con pena al decrépito mono. - Vivo con mi amo en aquélla mansión que ves a tu izquierda. Es un paraíso vivir allí! Nunca me hace falta la comida, al contrario, tengo de sobra. Mi amo tiene muchos animales en su mansión. A todos los cuida bien. - Suena muy tentador. Veo que traes algo brillante alrededor de tu cuello. Tu pelo brilla. Y qué haces todos los días perro? A donde vas? Qué lugares conocéis cerca de por aquí? El can agachó su cabeza un ratito. - Lo que traigo en el pescuezo es mi collar de oro y diamantes! Mi amo me lo puso para poderme encadenar. Todos los días cuido el rebaño de ovejas de mi amo. Soy un perro ovejero de pura sangre. Cuido la propiedad de mi amo. Si alguien quiere robarlo yo le alerto. No puedo salir lejos de aquí porque perjudicaría a mi amo. Me cuida muy bien para que yo le sirva. Ven conmigo mono. Te presentaré con mi amo. Acabaras con tu mala suerte y tu desgracia! Yo se que te va a encantar! Lo tendras todo! El mono seguía sentado sobre la rama sin poderse mover de lo debil que estaba. - Asi que tú, amigo perro, intentas sacarme de mi triste destino? Sabes que yo conosco cada punto de esta nación? Por ejemplo; en donde ahora estamos, es el centro del planeta en que vivimos! No lo sabías verdad. Bueno, ignoras muchas cosas y por eso te reconfortas con lo básico. Conosco lugares que nadie sabe que existen. Pero bueno, voy a tratar de ignorar la negra muerte que yace al pie de este árbol, y te seguiré. Aunque la idea de que me pongan una cadena me aterra en sobremanera! - A ti no toca cadena amigo, para ti será una jaula. Tranquilo, baja del árbol y conoceras tu nuevo hogar! En aquel momento el mono sintió un fuerte dolor de estómago. Un mareo siniestro se adueñó del infeliz. - Una jaula dices! Y en ella me encierran? Tal como le hacen con los presos humanos? Me duele el estómago y la cabeza me da vueltas como un trompo. Todo lo que he buscado en mi vida a sido felicidad! En aquel instante todo se volvió oscuro para el mono. Derrotado por la debilidad su cuerpo se precipitó al suelo. Quedó colgado con su cola de aquella rama. El perro abajo lo veía alarmado sin saber qué hacer. De pronto, el can escuchó que algo tronaba macabramente. El mono se soltó de la rama y aquel frondoso árbol cayó al suelo junto con el primate. Ambos cayeron encima del perro. De aquel finísimo perro ovejero, solo se veían los huesos; la sangre y un montón de tripas hediondas desparramadas en el suelo. Y así  terminó esta historieta.

miércoles, 21 de octubre de 2015

La evocación de Kuptu


Desde la cuspide de esta pirámide,
oh dioses sempiternos los evoco,
los llamo a esta hora y esta región,
a este lugar terrestre y me ayudeis,
oh, mis poderosos lúmenes venid!
Vosotros que vais y venis,
que os moveis sobre las cuerdas,
las mismas cuerdas del tiempo,
sí, que los mortales usamos,
sobre las que nos movemos y regimos,
ustedes devoradores de la Materia,
tened la bondad de escucharme.
Estando entre los hombres y mujeres,
entre la inmundicia del mundo,
enmedio de la pestilencia y el fango,
oh, luminosos dioses poderosos,
mi alma se arrastraba entre lodo y,
un polvo hediondo bañaba mi cuerpo,
mi imprfecto cuerpo sí,
lo recuerdo muy bien y presente,
en mi mente lo tengo tal capítulo,
fue un largo capitulo de mi vida oscura,
y un día, a cierta hora precisa vi la luz,
la brillante luz que surge y se propaga,
cierto y muy cierto, a todas direcciones;
abarca todas las cosas, se expande y ríe,
en lo infinito tiene su morada;
invisible a los ojos de todo hombre,
de todo aquel hombre ordinario,
de corazón y mente perversos se oculta.
Digo pues, ínclitos dioses que miré,
una escalera secreta que ascendía,
que se extendía a lo más alto,
a la punta de esta pirámide  dorada,
me sentí atraído y empecé a subir.
Escalón por escalón para contar 640,000
640,000 es el número de pasos,
los pasos que he dado para hincarme,
para evocarlos a la hora del sacrificio.
Este sacrificio es muestra inucitada,
señal de mi pacto con vosotros;
entrego mi sangre a ustedes,
mi océano personal para que comais,
para que sacieis vuestra hambre,
vuestra sed con este pobre corazón,
este efímero corazón humano bañado;
lleno de sangre y caprichos!
Ay de mí! Ay de mi corrompida raza!
Piedad oh lúmenes, misericordia,
piedad en vuestra venganza!
Ay de mí y de mujeres y hombres,
de niños y ancianos movidos,
obligados por venganza a moverse,
a soñar con grandezas que no existen,
que son humo y se esfuman.
Pobre de mí y de mi especie!
Nacidos para ser títeres,
juguetes de sempiternos dioses!
Vuestros ojos nos ven nacer,
nos ven crecer y padecer y disfrutar,
nos hacen corer para en vuestras bocas,
en sus estomagos perecer!
Aca estoy de rodillas tocando la puerta,
tocando el timbre de vuestro aposento,
dioses, mirad hacia abajo!

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